Caso Laura Luelmo

El asesino confeso de Laura Luelmo cambia su declaración y acusa ahora a su ex novia

Bernardo Montoya le contará hoy a la juez que mentía cuando confesó el asesinato de Laura Luelmo a la Guardia Civil para encubrir a una antigua novia. Según dice ahora Montoya, su ex pareja mató a Laura por celos. Un relato inverosímil que no coincide con las pruebas científicas del caso ni con lo que cuentan los testigos.

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Por videoconferencia y con mucha imaginación, Bernardo Montoya, el presunto asesino de Laura Luelmo, le relata en estos momentos a la juez del caso su última versión del crimen.

El imputado ya admitió el asesinato ante la Guardia Civil tras su detención y posteriormente amplió los detalles ante el juez. Arrinconado por las pruebas científicas recabadas por los investigadores admitió que metió a Laura Luelmo en su casa y la golpeó salvajemente para terminar abandonándola en el monte. Y sin embargo, cuando llevaba 15 días en prisión decidió cambiar de versión, se dirigió a los funcionarios de la cárcel para manifestar que era inocente y que fue una antigua novia la que asesinó a Laura en un ataque de celos.

Así que los funcionarios de la cárcel se sentaron con él el 10 de enero y tomaron nota de la nueva versión dando cuenta de inmediato al juzgado. Lo siguiente fue que la defensa de Montoya pidió al juez que volviera a tomar declaración al acusado para que figurara en la investigación la nueva versión de Montoya. Ese día ha llegado y hoy Montoya contará al juez la historia inverosímil de que fue su expareja la que mató a Laura Luelmo.

Estos son los detalles de lo que hoy le contará al juez Montoya. OKDIARIO ha accedido a la declaración que los funcionarios escucharon de boca del acusado. Montoya les cuenta que lo que confesó a la Guardia Civil y ante la juez no era verdad. Que se le está haciendo muy dura la estancia en la cárcel y que desea contar lo que ocurrió. Que la culpable es J. su expareja a la que conoció en la cárcel años atrás y a la que no veía desde el año 2015 hasta justo el día del crimen. “Que sobre las 17:30 se presenta J. en la casa, y al ver que Bernardo habla con Laura en la calle le acusa de mantener relaciones sexuales con ella…que él se mete en el baño un momento y al salir las dos están discutiendo acaloradamente en el salón de su casa…que en ese momento J. le da un golpe tremendo a Laura en la cara con un palo de escoba y como él no quiere líos maniata a Laura y la mete en un cuarto… que J. entra en el cuarto y golpea a Laura con un martillo en la cabeza y tras apartarla como estaba muy nervioso se enciende un porro”….aquí no termina el relato de mentiras y de falta de humanidad por parte de Montoya…” que Laura está pidiendo ayuda y en ese momento se acerca J. de nuevo y le da dos nuevos golpes con un martillo en la cabeza hasta que acaba con su vida”.
Bernardo sí admite que usa su propio coche para ayudar a J. a deshacerse del cuerpo, que la abandonan en el monte y luego va a repostar gasolina y que las cámaras les grabarían juntos (sin especificar qué gasolinera era). Y acaba insistiendo en que “terminó inculpándose para librar a J. de la cárcel ya que él está acostumbrado y ha pasado media vida en prisión…pero que la vida en el módulo de aislamiento se le está haciendo muy dura y no quiere comerse ese marrón”. Termina Montoya negando que agrediera sexualmente a la víctima porque él sufre problemas de erección.

Hasta aquí el ‘cuento’ que relató a los funcionarios y que hoy desde la cárcel en videoconferencia volverá a relatar ante la juez. Sin embargo, en la casa no se recogió ni un solo resto biológico de J., y sí de Montoya y Laura. Nada demuestra que J. estuviera allí en el momento del crimen y los testigos sólo vieron a Montoya esa tarde a la hora del crimen cargando algo en el coche. Nadie más. Y finalmente, los análisis forenses demuestran que Laura Luelmo sí fue agredida sexualmente y aunque el estado del ADN no puede demostrar al 100% que sea el de Montoya sí es compatible en gran parte con el acusado.

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